La Columna

OLIENDO RICO

  • Por Editora M

Había pasado desapercibida una postal que dice mucho más de lo que parece: César Duarte sonriente, relajado, “oliendo rico” y rodeado de fans en La Mina Vieja. A su lado, la excandidata de Movimiento Ciudadano, Lily Ibarra, quien comparte con entusiasmo el momento: “Sin guarros, sin poses, y con una sonrisa increíble...”. Como si la presencia de Duarte fuera motivo de orgullo y no de vergüenza colectiva. La imagen no solo indigna por lo que representa, sino por el descaro con el que es celebrada. Duarte camina entre aplausos y selfies como si fuera una celebridad. Ibarra, lejos de disculparse, ironiza ante las críticas y hasta se burla. Es el colmo de la banalización de la corrupción..Y como si no fuera suficiente, el comentario que remata la escena es una pregunta que parece broma, pero no lo es: “¿Entonces? ¿Cómo ves? ¿Si se integra a Morena?”, a lo que Ibarra contestó “Pues quién sabe .. Pero ya empezó su campaña”. Queda claro que no sólo se ha perdido la vergüenza, sino que parece ser que la memoria ahora es corta.