La Columna

SE ARMA

  • Por JuanD

A La Cata Espino se le hizo finalmente la carnita asada y se regresó a Cdmx. La Taddei la propuso para ocupar la Secretaría Ejecutiva del INE y de ahí en adelante su nombramiento se fue como pan en mantequilla. La Cata tiene ahora el deber de poner en alto el nombre del rancho y no regarla por allá en tierras cuatroteras. Dicen que para algunos el nombramiento cayó como balde de agua fría. Por ejemplo, ahí en la División del Norte, donde le promovieron un proceso que concluyó con una inhabilitación de tres meses. Como sea, ya anda por aquellos lares y levantó ya la mano para rendir la protesta de ley y obvio para esperar a que caiga el primer cheque. Porque como decía un político, alistas que no se refleja en la nómina, pues no lo es.