Juárez entre la escasez de agua y el reto del crecimiento urbano
- Por Editora M
Ciudad Juárez.- La ciudad es una de las urbes más grandes de la frontera norte de México, enfrenta un escenario ambiental complejo en el que confluyen el crecimiento demográfico, la expansión industrial y la crisis climática.
El informe “Medio Ambiente en la Frontera” de la Alianza Fronteriza de Filantropía México-E.U. revela que la región fronteriza, en especial la zona de Juárez-El Paso, atraviesa por desafíos críticos relacionados con el agua, el aire, los residuos y la capacidad institucional para atenderlos.
Escasez de agua: un recurso cada vez más limitado
La frontera norte es una región árida que depende en gran medida de acuíferos de recarga lenta y de ríos cuyos caudales se han reducido.
En Ciudad Juárez, el acuífero Bolsón del Hueco, principal fuente de abastecimiento, registra un abatimiento acelerado.
Datos de CONAGUA señalan que los niveles han descendido en promedio 1.5 metros por año en la última década, mientras que la ciudad demanda cada vez más agua para consumo urbano, industrial y agrícola.
Según la Junta Municipal de Agua y Saneamiento (JMAS), el consumo promedio diario por habitante en Juárez es de 280 litros, superior a la media nacional de 250, lo que acentúa la presión sobre el recurso.
Esta situación es aún más crítica en las colonias periféricas, donde el suministro es irregular y en ocasiones depende de pipas.
Expansión urbana, comercio y aire contaminado
La Alianza Fronteriza destaca que la expansión urbana e industrial, así como el aumento del comercio internacional, han incrementado los desafíos ambientales.
Ciudad Juárez supera el 1.5 millones de habitantes, con un parque vehicular de más de 550 mil automóviles, lo que contribuye a niveles de contaminación del aire que exceden las recomendaciones de la OMS.
En 2024, la Red de Monitoreo Atmosférico reportó que en el 45% de los días del año los niveles de partículas PM10 rebasaron los límites seguros, situación que afecta principalmente a niños, adultos mayores y personas con enfermedades respiratorias.
El informe resalta que, a pesar de algunos avances en la gestión de residuos, el problema sigue siendo de gran magnitud.
En Juárez, se generan más de 1,200 toneladas de basura al día, de las cuales menos del 10% es reciclada.
El resto se deposita en rellenos sanitarios que están llegando a su límite de capacidad.
Las comunidades más vulnerables enfrentan la peor parte: viviendas precarias, servicios de agua y drenaje insuficientes, falta de acceso a atención médica y educativa, factores que incrementan la desigualdad social y la exposición a riesgos ambientales.
Cooperación binacional con capacidad limitada
Desde el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), se crearon instituciones binacionales como el Banco de Desarrollo de América del Norte (BDAN) y programas como Frontera 2025, cuyo objetivo es atender problemas ambientales transfronterizos.
Sin embargo, la Alianza advierte que estas instituciones carecen de la capacidad, financiamiento y autoridad necesarios para dar soluciones de fondo.
Esto es evidente en la frontera Juárez-El Paso, donde los problemas del agua, la contaminación y los desechos requieren esfuerzos conjuntos de ambos países, pero también participación cívica local y liderazgo social, elementos clave para impulsar cambios sostenibles.
Puertos de entrada: impacto en la salud
Un aspecto relevante señalado por la Alianza es la necesidad de una gestión más eficiente de los puertos fronterizos.
El intenso tráfico en los cruces internacionales genera altos niveles de emisiones contaminantes. Se estima que en el puente internacional Paso del Norte los tiempos de espera superan las dos horas en horas pico, lo que contribuye al deterioro de la calidad del aire en ambas ciudades.
Mejorar la operación de estos cruces tendría un impacto directo en la salud de más de 30 millones de personas que cruzan anualmente la frontera en Juárez-El Paso.
Ciudad Juárez simboliza los retos y oportunidades de toda la frontera norte: una región con gran dinamismo económico pero con profundas vulnerabilidades ambientales.
La conclusión del informe de la Alianza es clara: sin estrategias conjuntas, financiamiento suficiente y mayor capacidad institucional, los problemas ambientales seguirán intensificándose y afectando la salud, la economía y el futuro sostenible de la región fronteriza.