
Es muy grande el rumor de que se irán ya los dos grandes líderes morenistas de la Cámara de de Diputados y de la de los Senadores.
Tanto Ricardo Monreal como Adán Augusto López, a decir verdad, se convirtieron en rémoras de la administración de Claudia Sheinbaum.
En este momento su remoción se da como una verdad que por sabida se calla en la capital del país y en ambos recintos legislativos.
incluso se dice en las cámaras que Alfonso Ramírez Cuéllar iría a coordinar la de Diputados y Nacho Mier la de Senadores.
Ambos se parecen: se sienten bordados a mano, no respetan investiduras y les encanta protagonizar escándalos y pleitos de poder.
En el último episodio se pisaron la cola en un concurso organizado por ellos mismos para ver quién la tenía más larga.
O escrito de otro modo, compitieron por ver quién es el más corrupto y cuál de los dos ha desviado más dinero público.
En su torpe trajinar, olvidaron voltear a ver la investidura presidencial y mostrar respeto. Pero no le hacen caso a nadie, amparados en el pasado reciente.
Están enfrascados en una lucha de poder que hoy por hoy les ha llevado al límite y que les tiene en la orilla del barranco político.
Ninguno entendió, por la relación que mantienen con el ex presidente López Obrador, que la circunstancia de Claudia es distinta y que su estilo también lo es.
Contrario a cuanto se esperaba, Sheinbaum ha mostrado hasta el momento una agradable apertura política en la cual se reconoce la existencia del rival y no se pregona su eliminación.
Se ha reunido con Gobernadores y Presidentes Municipales de todo el país y de todas las posturas políticas.
Ha hecho acuerdos con ellos para hacer obra y diseñar programs de desarrollo sin marginar a los que no son cuatroteístas.
Probablemente esto no le guste a algunos radicales.
Pero la Presidenta entiende muy bien su entorno político y ha empezado a mover las piezas en un contexto de reconciliación.
Además, el entorno internacional no le ha sido muy favorable y por el contrario, la ha colocado en una situación difícil, como ha sido la relación con Trump.
El arranque de la administración de Donald y sus advertencias sobre el tema de los migrantes, ya tuvieron sus primeros efectos.
Incluso esto ha sucedido en el estado de Chihuahua, en donde el Campamento Migrante del bulevar Juan Pablo II sufrió el efecto dominó.
Claudia necesita entonces apoyo y no cargar con lastres pesados e incómodos que no se adapten a los requerimientos del momento y por el contrario, exijan cuotas mayores de poder incluso que las que han tenido.
En Tabasco se sabe que Adán recibió el pago de una factura que debía López Obrador a su padre, pues le ayudó a manipular el expediente del asesinato accidental del hermano del expresidente cuando a éste se le soló en forma accidental un tiro que acabó con la vida de su carnal.
Además, el padre de Adán Augusto resguardó a Andrés Manuel dos años en su casa, en donde vivió con el ahora Senador y todavía por unos días Coordinador de la Fracción de Morena en la Cámara Alta.
Monreal por su parte renunció al PRI y acompañó a López Obrador desde el PRD al Expresidente y le ayudó consolidar a Morena en su fundación.
Luego se disciplinó a todos los mandamientos políticos de López Obrador y se desistió en varios de sus proyectos políticos personales.
Tanto Adán Augusto como Ricardo pudieron robar, dilapidar, protagonizar escándalos con mujeres y disputar el control del poder sin que nadie les dijera nada.
Pero tiempos traen tiempos y el poder exige sus propias formas para ser ejercido en la circunstancia que se presenta.
De lo contrario, se pierde.