Entrevistas

Escuchemos a las plantas y leamos lo que el suelo nos dice: Octavio Silva

  • Por Editora M
Escuchemos a las plantas y leamos lo que el suelo nos dice: Octavio Silva

-La innovación tecnológica en el campo no es el futuro, es el presente: Ing. Manuel Octavio Silva Sandoval


Ciudad Juárez.— La modernización del campo chihuahuense avanza con pasos firmes gracias a la aplicación de tecnologías que permiten analizar, entender y optimizar los recursos agrícolas. 

Uno de los principales impulsores de este cambio es el ingeniero Manuel Octavio Silva Sandoval, especialista en innovación agrícola y recientemente reconocido por la Confederación Nacional Agronómica por su destacada conferencia “Análisis de las plantas utilizando los grados Brix”, presentada en el ciclo rumbo al 47º Congreso Nacional Agronómico.

En entrevista, el ingeniero Silva Sandoval comparte su visión sobre el impacto que la tecnología está teniendo en los suelos, las plantas y la economía del campo chihuahuense.
Un nuevo enfoque para entender la agricultura

—Ingeniero Silva, ¿cómo describiría el panorama actual de la tecnología agrícola en Chihuahua?

El estado tiene un enorme potencial agrícola, pero durante mucho tiempo no se aprovechó plenamente debido a la falta de herramientas precisas para medir lo que realmente ocurre en el suelo y en las plantas. 

Hoy tenemos la oportunidad de transformar esa realidad con equipos que nos permiten hacer análisis detallados y tomar decisiones basadas en datos. 

Todavía hay mucho por hacer, pero ya estamos viendo los primeros frutos.
Tecnología que “escucha” a las plantas

—Usted ha presentado una conferencia sobre los grados Brix. 
¿Podría explicarnos cómo funciona esta tecnología?

Los grados Brix permiten medir la concentración de azúcares y nutrientes en la savia de las plantas. 

A través de esta información, podemos conocer su nivel de nutrición y detectar si están absorbiendo correctamente los elementos del suelo.

Con base en estos datos, es posible hacer ajustes específicos en la fertilización y en la calidad del agua. 

Es una herramienta sencilla pero poderosa, porque traduce la respuesta de la planta en información útil para el productor.

Resultados que transforman el campo

—¿Qué resultados han observado en las pruebas realizadas con esta tecnología?

En cultivos como el Etricalli y la alfalfa hemos visto incrementos de producción del 20 al 35 por ciento, además de una mejora en la calidad del forraje. 

Esto se traduce en mayores ingresos para los productores y un aprovechamiento más eficiente del agua y los fertilizantes.

El primer paso siempre es analizar el agua, ya que su composición puede afectar la absorción de nutrientes. A partir de ahí se realiza un diagnóstico integral del suelo y de la planta para diseñar un plan de manejo específico.

Apoyo institucional y visión de futuro

—¿Qué papel ha jugado el gobierno estatal y las instituciones en este proceso?

Ha habido buena disposición. 
Se están creando puentes con autoridades municipales y estatales para facilitar el acceso de los productores a estas tecnologías. 

También se han impulsado pruebas en campo que permiten comprobar los resultados de manera directa.

La clave está en la colaboración. Si logramos unir la ciencia con la práctica agrícola, Chihuahua puede convertirse en un referente nacional de innovación sustentable.

Un mensaje para los productores
—Finalmente, ¿qué mensaje desea enviar a los agricultores chihuahuenses?

Que la tecnología no es un gasto, sino una inversión. Hoy la agricultura requiere precisión, conocimiento y adaptación. 

No podemos seguir dependiendo de métodos empíricos; cada parcela tiene su propio diagnóstico. 

Si aprendemos a escuchar a nuestras plantas y a leer lo que el suelo nos dice, vamos a producir más, mejor y de manera más sostenible.

El ingeniero Manuel Octavio Silva Sandoval, reconocido a nivel nacional por su aportación científica y práctica al análisis de cultivos mediante los grados Brix, encabeza una nueva generación de profesionistas comprometidos con la innovación agrícola. 

Su trabajo demuestra que la tecnología aplicada con conocimiento puede transformar el campo chihuahuense en un motor de productividad, sustentabilidad y bienestar económico.

“El conocimiento es la semilla más valiosa del campo —afirma Silva Sandoval—, porque sin ciencia no hay cosecha que perdure.”