





La historia de una mujer ilustre que transforma vidas
A los 51 años, Ruth Nohemí Vargas Márquez ha sido reconocida como "Mujer Ilustre 2025", un título que no solo celebra su trayectoria, sino que también refleja su impacto en la vida de muchas personas.
Escritora, luchadora social incansable y fundadora de la asociación civil "Sembradores de Paz", Vargas ha dedicado su existencia a dignificar el desarrollo personal de las mujeres, llevándolas de la oscuridad a la luz a través de la sanación y el perdón.
Una historia marcada por el dolor y la resiliencia
Ruth Nohemí Vargas Márquez no solo es una guía para quienes buscan sanar, sino que ella misma ha recorrido un camino de sufrimiento y redención.
Ha plasmado su experiencia en tres libros, en los que relata las profundas heridas que marcaron su vida y cómo logró salir adelante. Su historia no es solo de lucha, sino de un proceso de transformación en el que el dolor se convirtió en su mayor maestro.
La pérdida de dos sobrinos la sumió en un abismo de tristeza, pero fue en ese momento donde nació su propósito: ayudar a otros a encontrar esperanza en medio del sufrimiento.
Así surgió "Sembradores de Paz", una organización que desde 2010 ha sido un refugio para familias que han atravesado situaciones dolorosas, brindándoles herramientas para sanar y reconstruir sus vidas.
Un reconocimiento a su incansable labor
El Ayuntamiento, la asociación civil "Vamos Unidas por Juárez" y el Consejo a la Mujer Ilustre rindieron homenaje a Ruth Nohemí Vargas Márquez con un emotivo reconocimiento.
Su nombre ya forma parte de la Rotonda de las Mujeres Ilustres, ubicada en el Eje Vial Juan Gabriel y Sanders, un símbolo de su legado imborrable.
Durante la ceremonia, diversas voces resaltaron su invaluable labor social y su papel como faro de esperanza para muchas mujeres.
“Cuando el corazón te grita que esto es tu vocación, que para esto naciste, no puedes hacer oídos sordos.
Solo queda seguir preparando el camino para avanzar.
Este reconocimiento lo llevaré por siempre impregnado en mi corazón”, expresó la homenajeada conmovida, entre aplausos y miradas llenas de admiración.
El poder transformador del perdón
Para Vargas, la clave de la sanación está en el perdón, pero no en un contexto meramente religioso, sino como un acto liberador.
"El perdón no es para la persona que te lastimó, es para ti. Es la decisión de no seguir permitiendo que el daño continúe afectando tu vida", afirma con convicción.
Su filosofía de vida se centra en la aceptación de la luz y la oscuridad que habitan en cada ser humano.
Su libro "Mujeres Perfectamente Imperfectas" nació de esta reflexión: “Se nos olvida que somos luz, pero también sombra.
Cuando aprendes a amar tu luz y aceptar tu oscuridad, te reconoces en tu totalidad. Y desde ahí, desde ese entendimiento, es más fácil perdonarte”.
Herramientas para la sanación
Como parte de su trabajo en conferencias y talleres, Vargas comparte técnicas para el bienestar emocional.
Destaca la importancia de la respiración consciente como una herramienta fundamental para traer la mente al presente.
"El ego nos mantiene anclados al pasado, al dolor y al resentimiento. La respiración es el corte, el ancla que nos regresa al aquí y al ahora", explica.
También distingue entre perdón y reconciliación: “Yo puedo perdonar, pero también decidir quién debe y quién no debe estar en mi vida. Hay personas que es mejor sacar de nuestro camino, y eso también es un acto de amor propio”.
Un legado que trasciende generaciones
Con más de una década dedicándose a la transformación de vidas, Vargas Márquez deja un legado brillante que servirá de inspiración para las nuevas generaciones.
Su historia es la prueba de que, incluso en los momentos más oscuros, siempre hay una luz esperando ser encendida.
Con su inquebrantable espíritu de lucha, sigue sembrando semillas de esperanza en cada persona que tiene la fortuna de cruzarse en su camino.
La Mujer Ilustre 2025 no solo recibe un reconocimiento, sino que reafirma su misión: iluminar los senderos de quienes buscan sanar, crecer y vivir con dignidad.