• Inicio
  • Entrevistas
  • Vamos para aplicar la ley con equidad y empatía: Irlanda Lizbeth Rentería
Entrevistas

Vamos para aplicar la ley con equidad y empatía: Irlanda Lizbeth Rentería

  • Por Editora M

-Una Juez con rostro humano y compromiso inquebrantable con la verdad es lo que requiere el Sistema de Justicia 
 


Ciudad Juárez.- En tiempos donde la justicia parece estar cada vez más alejada de las personas, surge una figura que encarna la esperanza de un sistema más cercano, más justo, más humano. 

Se trata de Irlanda Lizbeth Rentería Ayala, candidata a Juez Federal Laboral por el Distrito Chihuahua, quien a lo largo de 20 años de trayectoria incansable en el ámbito social y laboral, ha demostrado que la justicia también puede tener rostro, empatía y corazón.

Nacida en Nuevo Casas Grandes, pero forjada entre las calles de Ascensión, Chihuahua, Irlanda Lizbeth es una mujer de origen sencillo pero de visión profunda. 

Licenciada en Derecho por la Universidad Autónoma de Ciudad Juárez (UACJ), cuenta con una maestría en la Universidad Pedagógica Nacional del Estado y una especialización clave: la Reforma en Materia de Justicia Laboral, cursada en el Instituto de la Judicatura Federal. No es casualidad que su candidatura haya despertado tantas expectativas: su hoja de vida es testimonio de compromiso, preparación y vocación de servicio.

Durante casi dos décadas, ha sido parte activa del entramado judicial laboral, ocupando cargos como actuaria, secretaria de acuerdos, conciliadora, presidenta auxiliar y presidenta titular de la Junta Especial Número Uno de Conciliación y Arbitraje. 

Su paso por los tribunales laborales federales de Ciudad Juárez y su participación directa en la primera etapa de la reforma laboral de 2019 le otorgaron una visión única y sensible del sistema que hoy busca transformar desde dentro.

“Cada expediente representa más que un caso legal, es la historia de dos personas. No son cifras, no son estadísticas. Es la vida misma en juego”, comenta con firmeza. 

Y es que Irlanda no sólo busca aplicar la ley con rigor, sino también con equidad, inclusión y un profundo sentido humano.

Una visión clara: tribunales de puertas abiertas
A la pregunta: ¿qué esperas de un juez?, Irlanda responde sin titubeos: “Imparcialidad, empatía y un compromiso inquebrantable con la verdad.” 

Y eso es precisamente lo que ofrece: una justicia cercana, transparente, y sobre todo, honesta.

Para ella, los tribunales deben dejar de ser espacios fríos e intimidantes. “Debemos construir lugares de confianza, de puertas abiertas, donde trabajadores y empleadores encuentren un terreno justo, un trato digno, un espacio de solución real a sus conflictos.” 

Bajo esa visión, la conciliación —impulsada con fuerza durante la reforma laboral— ha sido un parteaguas. 

De hecho, recuerda cómo en plena pandemia, lideró procesos de sensibilización y concursos sobre la nueva justicia laboral, promoviendo una cultura de resolución pacífica y efectiva de los conflictos.

Justicia social, eje de su vocación
Rentería Ayala no es ajena a los retos. Reconoce que Chihuahua es uno de los estados con mayor carga laboral, y que Ciudad Juárez figura entre las ciudades con más conflictos entre empleados y patrones. 

Aun así, está convencida de que es posible transformar el sistema si se trabaja con enfoque, voluntad y empatía.

“He sido parte del cambio, y quiero seguir siéndolo, ahora desde el Poder Judicial.” 

Irlanda se postula con la promesa de resoluciones ágiles, sencillas e inmediatas, pero también con una misión clara: dignificar las condiciones laborales en México.

Una voz firme en la planilla amarilla
Este próximo 1 de junio, Irlanda Lizbeth Rentería Ayala aparece como la número 6 en la planilla amarilla. Y más allá de los colores o los números, lo que representa es un nuevo rostro para la justicia laboral, una propuesta seria que apuesta por lo que hoy parece perdido: la confianza en el sistema judicial.

Con una mezcla única de formación académica, experiencia práctica y profunda sensibilidad social, Irlanda es sin duda una mujer que deja huella en cada paso que da. 

Y ahora, más que nunca, está lista para seguir sirviendo, pero desde el lugar donde más se necesita: el estrado de un tribunal, donde cada palabra puede cambiar el destino de una vida.

“La justicia no debe ser un privilegio, debe ser un derecho al alcance de todos”, señala.