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En el descuido y abandono, usan como cantina el monumento de Las 7 Cabecitas

  • Por Editor Vespertino

El simbólico espacio dedicado a unos niños y adolescentes que perdieron la vida en un accidente en la carretera que conduce de Chihuahua a Ciudad Juárez, ha sido convertido por personas irrespetuosas y carentes de la mínima formación educativa en una cantina al aire libre.

Al llegar a donde se encuentra el conocido monumento de “Las Siete Cabecitas” se observan tanto en la plancha del monumento como en sus alrededores, decenas de envases vacíos de cerveza y de refresco.

Botellas quebradas que a la vez se convierten en un riesgo para quienes visitan respetuosamente el lugar, latas vacías y envases de plástico, son la decoración del área dedicada a la memoria de los menores fallecidos.

Curiosamente, el accidente en el que perdieron la vida los siete niños y adolescentes, se suscitó en la que en ese entonces era conocida como “la curva del muerto”.

Se trataba de una excursión en la que participaban 25 niños y adolescentes integrantes de la YMCA (Young Men’s Christian Association) conocida popularmente como “la Guay”. Iban al Parque Nacional Cumbres de Majalca, donde acamparían por espacio de ocho días.

Los menores viajaban acompañados por el profesor Francisco Balderrama, en un camión de redilas y justo en “la curva del muerto” un camión de volteo que circulaba en sentido contrario al de ellos, invadió el carril, provocando la colisión.

Tres de los pequeños fallecieron en el lugar y cuatro más en el trayecto a recibir atención médica. Esta tragedia sucedió el día primero de agosto de 1939 aproximadamente a las cinco de la tarde.

El monumento fue inaugurado el 26 de mayo de 1940 con los nombres de los fallecidos que son: Venancio Gabriel Gardea, de 14 años, Armando Gutiérrez Balderrama y Jorge Giacoman, de 13, Luis Díaz García y Teodoro Faulkner de 11, Alberto Méndez Peña y Horacio Brondo Valdez, de 10 años.

Por cierto, el nombre de Teodoro Faulkner, ya no está, se cayó o lo tiraron.