





Chihuahua.- Las recientes lluvias han dado nueva vida a la Presa El Reliz, que ha pasado de ser un paraje casi desértico a un entorno lleno de color y tonalidad.

El aumento en el nivel del agua ha revitalizado la flora nativa, con pastizales y matorrales que ahora lucen verdes y frondosos a lo largo de sus orillas.

Quienes recorren la zona coinciden en que el cambio ha sido notorio: donde antes predominaba el tono seco de la tierra, hoy resalta una paleta diversa de verdes y marrones húmedos, lo que ha favorecido la presencia de aves, insectos y pequeños mamíferos.

Este reverdecimiento también ha mejorado la experiencia de visitantes y vecinos, que encuentran en la presa un espacio más agradable para actividades recreativas.