
Austin, TX. — En una jugada clásica de filibusterismo, los legisladores demócratas de Texas abandonaron este domingo la capital para evitar quórum y bloquear la aprobación de un controvertido proyecto de redistribución de distritos congresionales.
La propuesta republicana, tildada de «gerrymandering», busca convertir cinco bancas demócratas en escaños seguros para el Partido Republicano, consolidando así la mayoría de la G.O.P. en la Cámara de Representantes de Estados Unidos.
Fuga estratégica
Al menos cuarenta legisladores demócratas emprendieron viaje inmediato a ciudades como Chicago, Boston y Albany (Nueva York), donde convocaron conferencias de prensa para denunciar lo que califican como una maniobra antidemocrática.
“Si nos convertimos en alfombra, cualquier pisotón servirá”, declaró la representante Jolanda Jones, desde Albany, en alusión a las amenazas del gobernador Greg Abbott de expulsarlos de la legislatura si no regresan para votar.
El corazón de la disputa
La propuesta republicana pretende —además de alterar los contornos de cinco distritos urbanos en Houston, Dallas, Austin y San Antonio— modificar dos distritos fronterizos con población mayoritariamente hispana, con el objetivo de inclinar la balanza a favor de candidatos republicanos.
Asimismo, el rediseño podría forzar enfrentamientos internos en las primarias demócratas, como el que se perfila entre el veterano Lloyd Doggett y un progresista emergente en el nuevo distrito de Austin.
Antecedentes históricos
No es la primera vez que Texas recurre al ausentismo legislativo para frenar iniciativas adversas. En 2019, los demócratas huyeron por cinco semanas para obstruir nuevas restricciones al voto; en otras entidades, como Oregón, los republicanos han utilizado tácticas similares para retrasar leyes medioambientales, con consecuencias incluso en su elegibilidad para reelección.
¿Y después?
Aunque el abandono temporal del recinto detendrá la aprobación de los mapas, analistas coinciden en que la batalla se trasladará a los tribunales, donde se discutirán la constitucionalidad y los derechos de representación.
En paralelo, el plan de Texas inspira a otros estados rojos: Missouri, Florida, Indiana, Nuevo Hampshire y Ohio analizan propuestas parecidas, mientras los demócratas barajan contraataques, desde revisar comisiones independientes de distritación hasta reformas constitucionales en Nueva York y California.
Por ahora, la pugna en Texas subraya el creciente «todo vale» en la política estadounidense, donde las reglas del juego se reescriben antes de cada elección.
(Con información de The New York Times)