Invitado Especial

EL MUNDO EN FLOR

  • Por Carlos Gallegos
EL MUNDO EN FLOR

La sombra
del fundador
desconocido
olvidado por la historia 
que a diario 
baja de la Loma de Pérez 
donde vive en una casita 
circundada de ocotillos
que en junio florecen en flores rojas
se dibuja sobre 
la tierra seca
baja de su alto mundo 
 a rendirle parte 
sombrero en mano 
al jefe Blake 
a Cruz Ortiz 
a su cuadrilla 
de ingenieros
que lo esperan 
seguros de su puntual visita 
 han de estar 
como están todos los días 
con sus cascos de ingenieros
y sus botas federicas 
polveadas por el polvo diario
han de tener la vista fija 
hacia donde llega
 el tren
 que anuncia
su llegada sobre el ruido 
de los rieles
con el
su pitido agudo
que altera la paz
del pueblo de tierra y polvo 
que duerme su siesta 
dormido en el sopor
de medio día 
rendida la novedad
de la apertura
de la calle en que estará la botica
Boussirus
la primera botica
del poblado de tierra y polvo 
el fundador incógnito 
se cuadra 
en posición de firmes entrechocando marcial pues había sido sargento primero en la Revolución sus gastados huaraches
de correas de vaqueta cruda
que le agrietan los dedos
hace el saludo de rigor
con su mano izquierda
ante la falta de la derecha
que perdió 
en la batalla de Bachimba 
peleando contra Orozco
 se coloca con rutina delicada su sombrero sureño
de ala ancha y palma tosca
 renegrida y negra de sudor 
que se había quitado ante la superioridad
 para el saludo riguroso
al hacerlo disimula  
con orgullo de veterano orgulloso
que el temblor de su mano sana
no denuncie el temblor
que le quedó de aquella herida en la canilla
con maña aprendida con los años
 con su mano sana se aprieta bien el barbiquejo 
para que no le vuele el sombrero el leve aire
 tibio de la tarde tibia
 con galana caravana
da enérgica media vuelta 
procurando mantener lo más erguida posible
su frágil figura
para que se le note 
lo menos posible 
el peso de los años
y no le duela tanto
la bala 38 
que hace 20 años
le dejó entre dos vértebras bajas 
el doctor del regimiento 
ante el peligro de 
dejarlo paralítico
 murmura un  hasta mañana respetuoso 
sacude el polvo
de su pantalón corriente 
 y camina ligero casi al trote
viendo en las alturas
de la loma
donde vive
un penacho de humo
plomizo que sube desde la tronera de su casa  hacia la nube
que se evapora 
bajo el sol ardiente 
y el cielo azul intenso 
humo que ha de oler a la leña de mezquite recién cortada 
que a diario corta y acarrea en su viejo y flaco burro pardo prieto 
desde tan lejos
desde el rumoroso río de Rosales 
trota con los ojos entrecerrados
en defensa inútil ante el resplandor  del cielo estéril 
un trueno potente
dibuja un relámpago 
instantáneo 
que retumba estéril sin que caiga la lluvia 
que él y sus jefes
esperan 
para que crezcan los arroyos
salgan grandes los ríos 
 se llenen Boquilla y las Vírgenes 
llegue lleno 
el Canal Principal 
corra lleno por
el Canal Fundadores
y la tierra seca y triste
se alegre de verde 
y el mundo vuelva a florecer