Platitos de barro, arte miniatura para las ofrendas el Día de Muertos
- Por Víctor Estala Banda
A ti ciudadano.
Los platitos de barro miniatura para ofrendas de Día de Muertos son pequeñas obras de arte que recrean, con detalle y ternura, los alimentos que los difuntos amaban en vida.
Estas piezas representan uno de los elementos más entrañables de la tradición mexicana: el deseo de compartir, aunque sea en forma simbólica, la comida que une a vivos y muertos cada noviembre.
Estas artesanías se elaboran a mano con barro, al igual que los utensilios tradicionales, pero a una escala diminuta.
En ellos, los artesanos modelan platos de mole, arroz, pan de muerto, tamales, atoles o tacos, hechos también de barro y pintados con pigmentos naturales o acrílicos para lograr un realismo sorprendente.
Su tamaño puede variar, aunque generalmente miden apenas unos centímetros de diámetro, lo suficiente para adornar las ofrendas. Más allá de su función decorativa, estos platitos de barro miniatura simbolizan la abundancia, la generosidad y el amor familiar.
En muchas comunidades del centro y sur de México —como Puebla, Oaxaca, Michoacán y el Estado de México— son elaborados por artesanos que han heredado la técnica de generación en generación.
Durante los días previos al Día de Muertos, los mercados se llenan de estas miniaturas, listas para ocupar un lugar en las ofrendas.
El proceso de creación inicia con el amasado del barro, que se moldea cuidadosamente para formar los pequeños platos y los diminutos alimentos. Una vez modelados, se dejan secar al sol antes de ser cocidos en horno de leña.
Posteriormente, los artesanos los pintan a mano, utilizando pinceles finos para dar textura a los granos de arroz, el brillo del mole o la costra dorada del pan de muerto.
Cada pieza requiere paciencia y un gran sentido del detalle. No hay moldes industriales; cada platito y cada alimento son únicos. Algunos talleres familiares producen series completas que incluyen juegos de comida tradicional mexicana: pozole, enchiladas, tamales o pan dulce, todo en miniatura.
En los ofrendas de Día de Muertos, estos platitos miniatura se colocan junto a velas, flores y fotografías. Aunque no contienen comida real, evocan la abundancia y la calidez del hogar. Su presencia recuerda que las ofrendas no son simples adornos, sino actos de amor y memoria hacia quienes ya no están.
Hoy en día, estas pequeñas artesanías también se han convertido en objetos de colección y en símbolos del arte popular mexicano.
Representan una fusión entre la tradición alfarera y la devoción del Día de Muertos, dos pilares fundamentales de la identidad cultural del país.
Y así es como el significado de los platitos de barro en las ofrendas de Día de Muertos, su elaboración artesanal y son un simbolismo en la tradición.