
A ti ciudadano
Tenía apenas 23 años cuando fue enviada tras las líneas enemigas. Violette Szabo era joven, decidida, madre de una niña pequeña… y agente secreta del Servicio Ejecutivo de Operaciones Especiales (SOE) británico.
Durante la Segunda Guerra Mundial, aceptó una de las misiones más arriesgadas que alguien pudiera imaginar: infiltrarse en la Francia ocupada para colaborar con la resistencia, coordinar sabotajes y recabar información vital. Sabía lo que arriesgaba. Aun así, fue dos veces.
En su segunda misión, en 1944, fue capturada por la Gestapo tras un tiroteo feroz en el que intentó cubrir la huida de sus compañeros. Fue torturada, interrogada y deportada al campo de concentración de Ravensbrück, donde finalmente fue asesinada. Nunca traicionó a nadie.
A título póstumo, Violette Szabo recibió la Cruz de Jorge, uno de los máximos reconocimientos al valor civil en el Reino Unido.
La condecoración fue entregada por el rey Jorge VI a su hija Tania, que entonces tenía solo cuatro años.
Hoy, Violette es recordada como una heroína silenciosa. Una de esas mujeres que cambiaron la historia sin esperar gloria.