La Columna

APATÍA CRIMINAL

  • Por Editora M
APATÍA CRIMINAL

“Mientras siga teniendo signos vitales”, fue el tan lamentable como insensible y desafortunado comentario de una enfermera que atiende el área del recepción de Urgencias del hospital 66 del IMSS a una mujer que el pasado jueves por la casi madrugada acudió con severos dolores de estómago producto de colitis crónica a pedir ayuda. Ninguna de las personas que estaban casi deoquis en ese lugar se tentó el corazón para al menos pasarla con el médico y darle una simple inyección para inhibir el dolor. La mandaron al nuevo hospital de especialidades número 2, ubicado en los terrenos del ex hipódromo, sin cuestionar al menos si la dama tenía cómo moverse. Total apatía y cero vocación de servicio, nada novedosa por supuesto, el de las personas que están a cargo de recibir pacientes sobre todo en esta área del hospital y en un sector donde, honestamente, vive mucha gente muy humilde. Desde que se inauguró el hospital de especialidades, se dividieron los derechohabientes puesto que la sala de Urgencias del 66 estaba saturada; tenían a los pacientes esperando largas horas, convaleciendo, en sillas o de plano tirados en el piso. Cómo le dolieron al IMSS los periodicazos al respecto. Al menos 250 mil personas que se atendían en ese nosocomio ni siquiera recibieron una notificación del cambio de servicios, sino hasta que se andan muriendo y llegan por necesidad, se les notifica que deben de ir a otro hospital ubicado a varios kilómetros de ahí. Ojalá por lo menos, las autoridades de la clínica hagan una campaña de notificación antes de que sus empleados se metan en problemas por un caso que, dios no lo quiera, muera por negligencia médica.