Hay un diputado con la piel bien delgada, pero desde que regresó a ser legislador, anda más sensible y llorón que nunca: Pedro Torres, quien alguna vez fue periodista y se le olvidó muy pronto su pasado, una amnesia igualita a la de La Corraleja, su ejemplo a seguir. Resulta que Torres protagonizó un incómodo momento en un grupo de esos de Whatsapp de los que pocos se acuerdan, pero donde le dedica más tiempo a presumir la 4T que sus labores legislativas. No le gustó que generalizaran y les dijeran "estúpidos" a quienes votaron por Claudia Sheinbaum y regresó el mensaje al sentirse aludido, si le cayó el saco pues que se lo ponga ¿no?, se peleó con un conocido periodista de la televisión juarense quien lo increpó sobre si existe o no, libertad de expresión, a lo que Torres contestó: “Sí tenemos presidenta”. Y la respuesta es obvia: Torres llora por cualquier conversación subida de tono y detesta y aplasta la libertad de expresión por la cual, en el pasado color sepia, luchó cuando empujaba las teclas en la redacción de un conocido diario. Tal vez se le haya olvidado que está involucrado en el asesinato de su compadre El Choco Armando Rodríguez junto con su amiga la Exprocuradora entregada al narco Patricia González. O quizá también ande desmemoriado con la casa de su hermano en el Campestre de Ciudad Juárez donde guardaba costales de dinero en efectivo que le hacía llegar El Loerilla, otro putrefacto personaje al que se le llena la boca hablando de moral y decencia cuando son los peores come santos y caga diablos.