Fue un sexenio plagado de mentiras y sicopatías el de Lopitosh. Y fue algo especialmente malo para el Estado de Chihuahua. Es enorme el lastre que dejará López Obrador a su sucesora Claudia Sheinbaum. Incluso ella no ha escapado de la humillación y sobajamiento del que gusta hacer con los demás el tabasqueño. En Chihuahua será recordado por los baches lunares de las carreteras federales, los recortes presupuestales excesivos y sobretodo por la lunática defensa de La Corraleja. Como una apología del mal, después de haberle calificado de loco y sostener una serie de pleitos, López Obrador se enamoró de Corral. Mitómanos ambos, al fin y al cabo, batallaron pero se entendieron en la peligrosa tarea de mantener el poder a toda costa incluso por medio de la eliminación. Es ése el saldo, visto muy someramente, de la actuación de Lopitosh por la entidad. Sigue ahora darse cuenta si La Sheinbaum se pondrá sus zapatos o ejercerá el poder a su manera.