
La renuncia de Ministros, así como de los Magistrados y Jueces, a participar en elección popular en 2025 para ocupar cargos en el Poder Judicial de la Federación conlleva el mensaje de crear un vacío. En pocas palabras, la Cuatroté no contará con la experiencia de quienes se desempeñan en la actualidad y se retirarán con todo su saber y haber. Así que los nuevos Ministros, los nuevos Magistrados y los nuevos Jueces que imponga el Gobierno de Claudia Sheinbaum, se las tendrá que rifar solos. Como decía Artemio Iglesias Miramontes: yo no doy consejos porque los inteligentes no los necesitan y los tontejos no los siguen. Por eso, estarán sin duda en aprietos, si es que logran imponer en todo el país la mal llamada Reforma Judicial, los que dirijan el Poder Judicial de la Federación. Será como el clásico borrón y cuenta nueva, aunque el país entero no esté en condición de esos menesteres. Habrá sido una decisión acertada de los miembros de ese Poder porque nadie puede ser rehén de intereses dictatoriales ni pedir limosnas en una nación que a todos pertenece. Además, las posturas de La Sheinbaum sobre el tema han sido radicales y tajantes, poco racionales, sin dar lugar al diálogo y al acuerdo y, por el contrario, con atisbos de tiranía que amenazan con empeorar y llevar al extremo la situación. Bravo por los funcionarios que no se hincan ni se doblan ni se arrastran ante el poder político facista que por la fuerza bruta intentará a todas luces oprimir las libertades y mantener al pueblo bajo el yugo con la bota sobre el pescuezo.