La Columna

LLEGA TRUMP

  • Por Editora M
LLEGA TRUMP

Hoy los ojos del mundo están bien puestos en Estados Unidos por la asunción al poder, por segunda vez, de Donald Trump como un presidente bocón que ha prometido, entre una sarta de amenazas, expulsar a más de un millón de migrantes por las fronteras mexicanas. Esa es la principal inquietud que, al menos en Juárez y Chihuahua en general, mantiene la preocupación de las autoridades de todas las materias, con mayor énfasis en las de seguridad. Si bien es cierto, hay dudas de los mecanismos que podrían ser empleados por el segundo régimen trumpista para ejecutar un programa de expulsión de esa magnitud y los alcances que pudiera llegar a tener su gobierno para cumplir esa promesa, la principal que lo volvió a hacer el presidente de la que presume ser la nación más poderosa del mundo, aquí hay expectativa y se ha trabajado en el diseño de una estrategia de recepción de migrantes cuya logística implica principalmente dinero. En Chihuahua, la gobernadora Maru Campos ha enfocado su discurso en reenviar a casa a los que eventualmente puedan ser expulsados bajo órdenes trumpianas pero no deja de haber preocupación por temas que ya hemos abordado previamente, como el asunto de los grupos criminales que se frotan las manos ante la llegada masiva de personas retornadas que no significan más que un jugoso y millonario negocio para ellos por delitos de los que son víctimas como los secuestros y extorsiones. Para eso, a finales de la semana pasada se habló de un intenso operativo empleado desde la Federación con el envío de por lo menos 100 agentes de la Fiscalía Especializada en Materia de Delincuencia Organizada (FEMDO) de la Fiscalía General de la República (FGR), que vienen a emprender un operativo para desmantelar, supuestamente, toda la red ilegal de tráfico de personas. Que traen órdenes de aprehensión en mano. En fin que todo ese horizonte de posibilidades alcanza no solo a las gobiernos de los tres niveles sino a la ciudadanía que desde el fin de semana sufrió horas de espera para ir a El Paso y que eventualmente también resentirá la posible crisis migratoria que está a la vuelta de la esquina.