Hay decisiones que pesan más por lo que callan que por lo que dicen. La reciente votación en la que diputados del PAN, PRI y Verde se opusieron a medir la desnutrición infantil es alarmante, pues no se trata solo de una cifra o un trámite burocrático, se trata de reconocer la existencia del hambre en regiones como la Sierra Tarahumara. Negarse a medirla, recién comidos al parecer, es una forma sofisticada de indiferencia. Si no se cuenta, no se atiende; si no se atiende, no duele. Entre quienes votaron en contra están Xóchitl Contreras Herrera, María Antonieta Pérez Reyes, Daniela Álvarez Hernández, Luis Aguilar Lozoya, y otros legisladores del PAN, PRI y PVEM. Todos ellos optaron por cerrar los ojos. Medir la desnutrición no quita votos, pero sí quita máscaras.