El caso del regidor Pedro Matus que lo sorprendieron robando agua, no es el único en la ciudad. La JMAS cada día detecta más tomas clandestinas que están siendo cerradas y los autores denunciados ante la Fiscalía, además de ser sancionados. Lo que llama la atención, es que se trata de personas pudientes, con recursos suficientes que pudiendo pagar el agua, prefieren robarla. Son algo así como ladrones de cuello blanco. El regidor es un caso emblemático, con un ingreso de alrededor de 100 mil pesos mensuales, pero hay quienes hasta hacen negocio. Fábricas de hielo y ayer una lavandería en la Plaza Comercial de La Raza y Lago de Pátzcuaro. La JMAS no lo dice pero se llama Max, fue detectada por qué consumía mensualmente un promedio de los 200 a 300 metros cúbicos al mes, pero en los últimos tres meses los consumos bajaron drásticamente a 10 metros por mes. Está última lectora es el consumo mínimo de un hogar. Llamó la atención, fue revisada y sorpresa, se le localizó una derivación que abastecía de agua potable al local, evadiendo las lecturas de consumos reales. La sanción es de 108 mil 570 pesos, por tratarse de tarifa industrial. En el caso de Matus ni contrato tenía y enfrenta acusaciones penales que de proceder podrían llegar a su inhabilitación como regidor. Del resto de los regidores y regidoras, quien sabe como ande el agua. Ahí los mariachis callaron después de que el edil defensor del aumento al Predial se ahogará sólo en un balde de agua.