
El digno, el impoluto, el que nunca se ha robado un peso, el que nunca ha ido a Dubai, el héroe chihuahuense, Javier La Corraleja Corral, finalmente se dobló y fue a pedir la protección de la justicia federal. Dice que no ha ido a Dubai pero le agarró un súper terreno a su compadre Lalo Almeida en Nombre de Dios, en la ciudad de Chihuahua. También le pidió dinero para hacerle una cirugía a su cónyuge y le dio plásticos a sus excolaboradores, El Menordomo Panchito Muñoz, Paquito Lozano y El Panzón Escamilla, para que gastaran hasta 300 mil pesos mensuales sin comprobar. Es obvio que esos tres pendejos le pagaban sus francachelas y comilongas al Góber Gay y se prestaban a todas sus cochinadas al interior de Palacio. Así que, doblado por sus actos, delictivos y de irregularidades administrativas, La Corraleja sintió pánico escénico y corrió a los Juzgados Federales a tramitar amparo. Lo cómico, risible, ridículo, del tema, es que se ampara contra notas de los medios de comunicación bajo el argumento de ser víctima de un linchamiento mediático. Muy pronto se le olvidaron los empujones que dio a los reporteros, las ofendas desde su despacho a los medios que se atrevían a criticarle, los calificativos de narco periodistas a quienes les tomaban fotos mientras jugaba tenis en La Deportiva a las diez de la mañana y las demandas y amenazas vertidas a los portales que publicaban sus borracheras y joterías en la cúspide del poder.