La alerta que lanzó el Secretario de Seguridad Pública, Gilberto Loya, debería ser escuchada en todos los niveles de gobierno. Por un lado, alertó por el inicio de la circulación de una nueva droga conocida como Cocaína Rosa o Tusy, que es en realidad sintética, pero que ya anda en las calles de la ciudad y del estado. Por el otro, en relación a la ola de ejecuciones registradas la semana pasada en la capital del estado, señaló el nuevo modus operandis de los sicarios. Ya no usan los tremendos cuernos de chivo, barrets o calibre 40 –cualquier tipo de arma larga- para poder deshacerse de éstas y huir con facilidad y rapidez. Ahora utilizan para matar las pistolas calibre 9 milímetros, las cuales pueden desecharse o esconderse sin ser encontradas por las autoridades. O en su caso, fajárselas y treparse a los vehículos en que cometen las ejecuciones son mayores problemas. El Secretario de Seguridad Pública debe rendir buenas cuentas a los chihuahuenses en su materia. Si bien es cierto que el Plan Centinela les ha permitido detectar o rastrear delincuentes y en su caso atraparlos, el compromiso fue mayor. El resultado debe reflejarse definitivamente en la reducción de los índices de inseguridad.
