
El Presidente del Tribunal Estatal Electoral, Hugo Molina, anda como que muy sueltito, sacándole mucha punta a sus lápices y metiendo cábula por aquí y por allá. En varias estaciones elevaron ya las antenas por el activismo de Huguito que ha sido afortunado como nadie, pues sin mérito alguno le hicieron Magistrado y enseguida Presidente del Tribunal. Tampoco es algo así como la luz del mundo en la materia electoral y hay muchos, pero muchos, con mejor trayectoria y más capacidad para dirigir al TEE. Además, dicen, le han faltado tanates para defender a los suyos cuando ha sido necesario y para acabarla de amolar en materia de comunicación social anda por los suelos. Adela Jiménez lo trae trapeando el piso y Roxana Garcia enarbola mejores criterios jurídicos de corte electoral, así que entre ambas, sin proponérselo, lo están aplastando. Ayer mismo se cruzaron mensajes y guatzapazos sobre el jovenazo Hugo Molina, al que se le cayó el techo desde que su hermano Sergio, su verdadero arquitecto, fue expulsado del paraíso del Poder Judicial Federal y repudiado en Palacio Nacional por sus aspiraciones para ser Ministro de la Suprema Corte de Justicia de la Nación.