Algo tardío consideraron empresarios el movimiento que inició el senador Juan Carlos Loera para evitar, de última hora, la determinación final de cerrar el Puente Libre a todas las operaciones de comercio exterior. El legislador morenista activó su agenda en los últimos momentos para concentrar, desde Juárez, esfuerzos para llamar a diversas secretarías, como la de Economía y Relaciones Exteriores, a evitar la Declaración Final de Impacto Ambiental para la propuesta de Modernización del Puente de las Américas en El Paso, Texas, publicada el pasado 4 de enero por la Administración General de Servicios (GSA) de los Estados Unidos de América. Loera expuso que en este Puente se hace el 25 por ciento del total de las operaciones de importación y exportación de la Región Paso del Norte, y que el cierre definitivo impactará la economía, los tiempos de cruce, el tránsito vehicular, la salud de las personas transportistas, así como la eficiencia de las secciones aduaneras Zaragoza-Ysleta y San Jerónimo- Santa Teresa, por las que se concentrarían los cruces comerciales de concretarse la decisión. Pide que se realicen las gestiones correspondientes con el propósito de que las autoridades estadounidenses reconsideren la decisión y tomen en cuenta las graves afectaciones que se pueden generar en Texas, Nuevo México y Chihuahua con el cierre propuesto. Pero la campaña lanzada pudo haberse hecho con mucho tiempo de anticipación ya que el anuncio de cierre tiene meses. ¿Pues dónde andaba?