De veras, todo lo que toca La Corraleja se echa a perder, porque está más salado que un bacalao español. El Góber Gay estuvo en tierras chihuahuitas el pasado fin de semana, pero nada más vino a echar la sal. Recordemos que jamás pudo imponer a sus candidatos y perdió tanto el PAN como la candidatura a la Gubernatura, de ahí su odio y rencor causado por el fracaso. Resulta que anduvo por acá para fungir como Testigo de Honor en la boda de su amigazo Luis Fernando Mesta y la Jueza Alejandra Ramos. Sin embargo, por razones desconocidas, no llegó al evento el Juez del Registro Civil y no pudo consumarse el matrimonio. De todos modos, ya la pachanga prevista en el Salón de Eventos Villarreal, todos se fueron al danzón y Corral, acompañado de Cinthia Chavira y sus 23 melones, se dispuso a tomar bacardía y birrias de las que le gustan, o séase Carta Blanca pero de a grapa. Otros testigos fueron Ema Saldaña y Sergio Granados, pero pues no pudieron estampar su firma en el Acta de Matrimonio. Igualmente asistió El Chacho Rodríguez, empresario súper millonario que ya tiene tiendas en todo el país. Ahí andaba El Menordomo Panchito Muñoz, el que convertía el vino y la cerveza en jugo de naranja cuando estaba en Palacio, y el mismo que se clavó un costosísimo equipo de fotografía propiedad del Gobierno que al final tuvo que regresar a la Función Pública. También fue visto Gustavo Madero, el que vendió un software de más de cien millones de pesos a la Recaudación de Rentas, en la era corralista, mismo que todavía no funciona al cien.