La Fuente Móvil

RUEGO A TEMIS

  • Por Editor R
RUEGO A TEMIS

No se sabe si por la forma en que se imparte justicia en el ámbito local o por las reforma judicial que viene desde lo federal, pero el líder del grupo La Pipitilla, el nunca bien ponderado Roberto Venzor, de plano se hincó este lunes en la explanada del Tribunal Superior e imploró a la Diosa Temis (o Artemisa) la restauración de la justicia. No es broma, ni mal chiste, porque las fotografías no saben mentir si no están fotochopeadas, pero Venzor rogó a la consejera del mismísimo Zeus, allá en el Olimpo, que corrigiera ya sarta de irregularidades que día con día se suscitan en el trajinar de los procesos. Imploramos que se haga justicia, que prevalezca, dijo el litigante, ante la sorpresiva llegada de La Fuente, que de inmediato sacó su poderoso Iphone 15 con esa cámara de súper zoom que le caracteriza para grabar la singular escena. Ciertamente, la Secretaría General del Tribunal Superior de Justicia tomó en sus manos las quejas de los abogados postulantes para tratar de enmendar los excesos pero es difícil reparar un sistema que se encuentra entiesado por la inveterata consuetudo que es incluso, aunque parezca increíble, más fuerte que el amor de Cupido. Así que, en apariencia existe buena voluntad de la autoridad administrativa del Poder Judicial del Estado, contra el poder sistémico de los propios tribunales que bajo el argumento falaz de la autonomía e independencia judicial, cometen excesos todos los días al dictar u omitir autos con las resoluciones que en ocasiones son sustantivas para las partes pero que para ellos por la repetición que éstas significan, carecen de importancia. Habrá qué ver qué se deja venir de parte de Temis después del ruego de Roberto Venzor porque despuesito de esto el cielo se nubló y empezó a tronar espantosamente en los alrededores de la Ciudad Judicial, formándose con las nubes figuras caprichosas similares a las de la Diosa Artemisa que está sentada a la diestra del poderoso Zeus, dios de dioses en el Olimpo Griego, desde donde se dicta el destino de los seres humanos.