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Continúa búsqueda de familias de víctimas de desaparición forzada

  • Por Editora M
Continúa búsqueda de familias de víctimas de desaparición forzada

Ciudad Juárez.- La activista Judith Galarza Campos, cuya hermana Leticia Galarza Campos fue víctima de desaparición forzada durante el periodo de la llamada Guerra Sucia, continúa con su trabajo de reconstruir la historia y la vida de los personajes de ese tiempo.

Además de reconstruir la historia a través de su trabajo y el de las familias de las personas desaparecidas, promovió que la Comisión Verdad y Justicia de la Secretaría de Gobernación colocara en esta ciudad dos memoriales en las casas donde vivieron estas personas.

Recientemente localizó a la familia de Isela Quiñones Arvizu asesinada en  1977 y quien fuera amiga cercana de su hermana Leticia, a continuación el relato completo:

¡Lo Encontré!
Amo mi trabajo, amar mi trabajo es amar y mantener viva la memoria de mi recordada hermanita María Leticia Galarza Campos, a quien amo y amaré toda mi vida. Fue y es para mí, mi fortaleza, la que me enseñó el valor de los principios, del amor, de la amistad, del trabajo, del estudio (que no me gustaba), por supuesto junto con mi Madre y mi padre.

Estoy en la organización desde el mismo momento en que la familia Lespron nos avisó que mi hermanita Leticia había caído; en nuestra familia perdimos mucho tiempo por desconocer este concepto. Gracias a Chayito que estaba viva, fue la que envió la carta anónima, Chayo le llamaba a Irene mi amiga y hermana de ella, para saber si ya habían enviado la carta.

Por desconocer que hacer, iniciamos tímidamente su búsqueda. Hoy, doy gracias a la lectura del Libro “Remolinos de arena” del camarada Javier Velázquez y a mi querida y estimada Mercedes Sáenz, quien me apoyó con todo el material para buscar otros nombres e iniciar los contactos.

Siempre buscaré todo lo relacionado con el entorno de mi hermanita, es sin duda el rompecabezas que debe de quedar escrito para las nuevas y futuras generaciones.

Quiero compartir con ustedes, esta odisea, desde hace años busque a la familia de Isela Quiñones ARVIZU, la Pata, su apodo, le pregunte a muchos compañeros y compañeras, quería saber, si conocían a Isela Quiñonez Arvizu o a su familia y nadie la conocía. Mi búsqueda fue infructuosa.
Incluso, Lupita Ramírez y yo llegamos al monumento a preguntarle a Chito, que, si conocía a la familia de Isela Quiñonez y dijo que no en el primer momento, después dijo que si, pero que había perdido el contacto.

¿Por qué mi interés en buscarla? Tengo un compromiso moral con Isela y su familia, ella era la que nos llevaba la correspondencia de Lety a la casa de mi madre en Satélite, era nuestra esperanza siempre de saber y recibir correspondencia de mi hermanita, ella -se suponía- era la que nos llevaría la niña de Lety, a la cual encontré a los cuatro años, pero esa otra historia.

Le llame a mi hija Norma, que tiene contactos en el Cebetis 128 y le encargue, que preguntara si Saul Quiñones trabaja ahí, Me responde que sí, desde ahí empiezo a llorar.
A Isela, nuestra familia, la esperábamos siempre con ansias y cariño, sabíamos las consecuencias, pero la esperábamos y la recibíamos para conocer noticia de Lety.

Cabe destacar que un día llegó a la casa de mi madre, herida de un brazo, mi mamá y la curó, la vendó, le cambió la ropa, le puso una peluca de las que tenía Lety y se fue.

Esa fue la última vez que la vimos. Mi madre veía a su hija, en la persona de Isela, mi madre siempre fue solidaria con sus compañeros y compañeras.
Hoy me quiero referir al encuentro que tuve con el hermano de Isela Quiñones Arvizu. Lloré cuando lo encontré, no podía hablar, él se me quedaba viendo.

Cuando estaba frente a él, no me salían las palabras, no sabía cómo iniciar la conversación, en verdad, hasta mareada estaba. Se dio cuenta y me dijo “Venga, vamos a sentarnos en esta banca”. Al fin pude tranquilizarme y pude hilar palabras.

Le conté de la última vez que vi a Isela, fue un día 16 de septiembre de 1977, día festivo de desfile, yo iba en el autobús por la 16 de septiembre y es precisamente cuando dio vuelta el autobús (que se tuvo que desviar por lo del desfile) cuando vi caminando por esa misma avenida a Isela. Ella me tenía que entregar la niña. Más adelante me bajé y corrí hacia donde la vi y ya no la encontré.

Isela Quiñonez Arvizu fue asesinada en noviembre de 1977, dos meses después de que la vi de lejos, la noticia salió en todos los medios. Cabe resaltar que nunca supe su nombre; por eso, cuando sale en los periódicos, no tuvo impacto para mí.
 
Resulta que el hermano de Isela Quiñonez Arvizu estuvo siempre muy cerca de mi casa, en el CBETIS 128, donde han estudiado mi Hijo Ernesto, José Luis, mis nietos Danielito, Leynad y ahora mi nieta Victoria, constantemente voy a la escuela por razones de mi nieta Victoria. Siempre estuvimos cerca y nunca nos conocimos.

Después nos reíamos, no quiere integrarse al trabajo, al grupo, él dará su testimonio escrito.

Tiene en mente llevar a cabo en el domicilio donde vivió su familia, donde vivió su hermana, donde vivió Isela, un memorial, poner una placa, poner fotos, la historia de ella.

Me contenta mucho porque -dijo- a mi hermana la mataron, siempre comprometida con la lucha, en lo que creía, es un héroe, no tenemos por qué arrepentirnos.

El problema es la casa donde quiere instalar el memorial para Isela Quiñonez Arvizu. El asunto es que, hace años, se la rentó a una pareja, el señor falleció y la señora sigue viviendo ahí, no se quiere salir.

Comenta que los hijos de la señora a la que le alquiló la vivienda, ahora se están peleando porque se quieren quedarse con la casa.

La casa está en la Calle de Porfirio Díaz y Chihuahua, en la Col. Melchor Ocampo.

Quedamos en que me va a conseguir una foto de Isela Quiñonez...¡¡¡Síiiii!!!
Me dijo que no quería participar porque, si se compromete, se va a comprometer y trabajar en serio. Dice que no es un hombre que juega con este trabajo, sobre todo porque es muy dolorosa la pérdida de su hermana.

Me dijo “Perdone, pero tengo que dar clases”, me encaminó a la puerta y ahí me preguntó “¿Cuándo nos vamos a volver a ver?”... Jijiji...

O sea, que será posible que sí se incorpore.

Por cierto, me dio datos de cómo localizar a Jesús Simental, él se encuentra en Camargo; quien tiene el número de teléfono es una persona de la cual me dio la dirección y la voy a buscar...
Sí, sí, sí, sí se pudo.
 
20 de abril de 2024
Judith Galarza Campos.