Por Osbaldo Salvador Ang.- Murió en la raya el licenciado Ramón Franco Vega, gran litigante de las materias penal y civil.
Hasta el último de sus días anduvo por los Juzgados revisando acuerdos, interponiendo ocursos y defendiendo a sus clientes.
Nunca le vi sin su traje, su corbata y su tandita.
Fue aquél que, al inaugurar el entonces Gobernador Oscar Ornelas el edificio del Supremo Tribunal de Justicia, en Allende y Once, se arrodillara en el evento, delante de todo Chihuahua, y exclamara:
“Es mucho palacio para tan poca justicia”.
A Ramoncito le agradaba darse un toquecito de moiss cuando caminaba por la Avenida 20 de Noviembre rumbo a los Juzgados Penales que en aquellos ayeres se encontraban en la Penitenciaría del Estado, hoy convertida en la Unidad de Bajo Riesgo.
Dejó de litigar cuando cambiaron los juzgados penales al Cereso de Aquiles Serdán, pues se movía en camión, y cambió por la materia Familiar.
Descanse en paz Ramón Franco Vega, ejemplo de abogado litigante que nunca buscó puestos públicos y dedicó toda su vida al ejercicio del derecho.
Y lo digo desde aquí, porque éste es mi pódium.