
Alia Ismail, de Michigan, Estados Unidos, se declaró hombre trans cuando tenía 17 años. Cambió sus pronombres a masculinos, su vestimenta y comenzó una transición médica para aumentar la testosterona de su cuerpo y someterse a una doble mastectomía. Después de seis años ha empezado su destransición.
“Cuando salí del armario por primera vez como gay, fue bastante fácil con mi familia”, contó. “En cuanto a la transición, mis abuelos fueron muy comprensivos, pero carecían de comprensión, y mi madre llegó a comprender mejor mis sentimientos a medida que avanzaba mi transición”, explicó.
En agosto de 2015 Alia cambió su nombre por el de Issa y comenzó a tomar hormonas a los 20 años. Un año después se sometió a una doble mastectomía.
“Cuando tenía 16 años me identifiqué como bisexual. Y empecé a salir con alguien cuando tenía 17 años que luego se me presentó como trans”, contó en su cuenta de TikTok.
Su experiencia con su pareja de entonces influyó en su decisión para iniciar su transición a hombre, explicó. “Fue la primera persona trans que conocí”, dijo. “Cuando ella describía algunos de sus sentimientos o las cosas por las que había pasado, yo me identificaba con algunas de ellas. Y me hizo cuestionarme”, explicó.
Así fue como comenzó su transición a hombre, pero después de seis años y de toda una transición para un cambio de género muy compleja, sintió que la nueva identidad no representaba realmente quién era. “Empecé a sentirme un poco incomode”, explicó, “no entendía por qué me sentía así porque había tomado estas decisiones increíbles y me sentía muy bien con ellas. “Entonces, ¿por qué era infeliz?”, se preguntó. En 2020, durante el confinamiento, Alia empezó a destransicionar.
“No me arrepiento de mi decisión de operarme o tomar hormonas. Ese fue un momento clave en mi vida de autodescubrimiento de la persona que soy hoy”, mencionó.
Alia ha dejado de tomar hormonas, se ha hecho depilación láser. “No tengo un plan para hacer nada más, pero entiendo que las cosas podrían cambiar en el futuro”, dice, pero quisiera poder ayudar a otras personas que luchan con su identidad.
“Las decisiones son difíciles, sin importar cuáles sean, y espero que todos podamos mantener la mente abierta para comprender por qué, en lugar de proyectar nuestras inseguridades y juicios”, piensa.
Con información de medios