



-El pulso de la salud en hospitales particulares según el ESEP 2024 del INEGI
Ciudad Juárez.- En un país donde el acceso a la salud pública enfrenta desafíos históricos, el sector privado se ha convertido en un refugio para millones de mexicanos que buscan atención médica oportuna.
Así lo revela el más reciente estudio publicado por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI): Estadísticas de Salud en Establecimientos Particulares (ESEP) 2024.
Este informe ofrece una radiografía puntual del funcionamiento, capacidad y demandas atendidas por los hospitales privados del país.
Un sistema que se expande y se especializa
De acuerdo con el estudio, 2,747 establecimientos privados de salud fueron analizados en todo el territorio nacional.
Estas unidades médicas, que van desde pequeñas clínicas hasta grandes hospitales con tecnología de punta, registraron en el último año 2 millones 273 mil 261 egresos hospitalarios, lo que demuestra la creciente relevancia de este sector en la atención médica nacional.
Sorprende que, de estos centros, solo el 9.8% ofrecieron atención en alguna especialidad médica, lo que implica que la mayoría se limita a servicios generales o de corta estancia, evidenciando una concentración de la atención especializada en unos pocos centros con alta capacidad técnica y humana.
El rostro femenino de la intervención médica
Uno de los datos más destacados del ESEP 2024 es el número de cesáreas realizadas en establecimientos privados; 269 mil 910, lo que representa el 19.3% de todos los procedimientos médico-quirúrgicos.
Este dato revive el debate sobre la medicalización del parto en México, donde diversos especialistas han advertido que muchas cesáreas en el sector privado podrían estar motivadas más por razones logísticas y económicas que estrictamente médicas.
“El incremento de cesáreas en hospitales privados podría deberse a la búsqueda de mayor control sobre los tiempos quirúrgicos y recursos del personal médico, pero también puede estar relacionado con mitos o temores difundidos en torno al parto natural”, explica la obstetra Sofía Ramírez, médica privada en la Ciudad de México.
Diagnóstico: un motor económico en auge
Otra sección del estudio revela que los exámenes de diagnóstico representan una parte sustancial de los servicios prestados en estos establecimientos.
El 74.6% de los procedimientos correspondieron a análisis clínicos, seguidos por estudios de radiología (10.4%) e imagenología (6.3%).
Esta demanda creciente de estudios diagnósticos refleja tanto un mayor nivel de prevención en la población como una dependencia del sector privado para acceder a estos servicios con rapidez, dada la saturación en el sector público.
“Los pacientes acuden a laboratorios particulares porque pueden obtener resultados en menos de 24 horas.
En el IMSS o en los hospitales generales, a veces tienen que esperar semanas para una tomografía o una resonancia”, señala Verónica Castro, técnica en imagenología en una clínica del IMSS.
¿Dónde está la salud privada en México?
La distribución geográfica también es reveladora. Las entidades federativas con mayor concentración de establecimientos privados son:
• Estado de México
• Ciudad de México
• Jalisco
• Guanajuato
• Michoacán
• Veracruz
• Puebla
• Chihuahua
Esta concentración en zonas urbanas y estados con alto dinamismo económico deja entrever una brecha geográfica en el acceso a la salud privada.
En contraste, regiones del sur del país y zonas rurales continúan dependiendo casi exclusivamente del sistema público.
Tendencias y desafíos: ¿privatización de facto?
Los datos del ESEP 2024 abren la puerta a múltiples reflexiones. Si bien el crecimiento del sector privado permite aliviar la presión sobre un sistema público sobrecargado, también plantea interrogantes sobre la equidad y el acceso a la salud.
¿Estamos frente a una privatización silenciosa de los servicios médicos en México?
Para la socióloga de la salud Mariana Nájera, “el crecimiento del sector privado responde a una necesidad de eficiencia, pero también a la insuficiencia estructural del sistema público.
La clase media paga por salud privada, mientras los más pobres esperan en largas filas.
Es un espejo de nuestras desigualdades”.
El estudio ESEP 2024 del INEGI es mucho más que un conjunto de estadísticas. Es una fotografía precisa del sistema de salud privado en México: su capacidad, sus limitaciones, su creciente influencia en la vida cotidiana de millones de mexicanos.
En un país con profundas desigualdades, los datos deben ser el punto de partida para políticas públicas que aseguren que el derecho a la salud no dependa del nivel socioeconómico.
El reto está sobre la mesa.
La salud no puede ser un privilegio: debe seguir siendo un derecho.