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Burritos de Villa Ahumada; sabor que detiene el camino y mueve la economía

  • Por Editora M

Ciudad Juárez.- Viajar por la carretera entre Ciudad Juárez y Chihuahua tiene su propio ritual: hacer una parada en Villa Ahumada para disfrutar de sus famosos burritos. 

Para los viajeros frecuentes, transportistas y habitantes de la región, detenerse aquí no es una opción, sino una tradición que se repite con entusiasmo. 

El aroma a asadero recién hecho y el inconfundible picor del chile pasado invitan a frenar el acelerador y entregarse al placer de una comida sencilla, pero llena de historia y sabor.

Los burritos de Villa Ahumada no son cualquier burrito. Aquí, la tortilla de harina se convierte en el lienzo perfecto para envolver un relleno que va más allá de lo ordinario.

Los favoritos incluyen chile colorado con carne deshebrada, picadillo, frijoles con queso menonita y, por supuesto, el asadero, un queso que se derrite con suavidad, otorgándole ese toque cremoso e inigualable.

El chile verde y el chile pasado, dos ingredientes esenciales en la gastronomía del estado, no solo agregan picor, sino también carácter. 

“Si no pica, no es de Villa Ahumada", dice entre risas don Martín, un comerciante que ha pasado más de 30 años vendiendo burritos en la zona.

*Villa Ahumada: más que burritos, una industria en crecimiento*

Aunque los burritos son el atractivo principal, Villa Ahumada también es conocida por su producción de quesos, carne seca y chiles, productos que han dado sustento a cientos de familias a lo largo de generaciones. 

Sin embargo, lo que comenzó como una tradición gastronómica ha evolucionado en un motor económico para el municipio.

Se estima que al día, Villa Ahumada recibe a más de 5,000 viajeros, especialmente transportistas y turistas que hacen el recorrido entre Ciudad Juárez y Chihuahua. 

De estos, un 70% se detiene a comprar burritos, quesos o carne seca, generando una derrama económica que supera los 2 millones de pesos mensuales solo en el sector alimenticio.

Doña Teresita, quien heredó el negocio de su padre, explica que la demanda ha crecido tanto que algunos locales venden hasta 2,000 burritos por día. 

“Nosotros tenemos 12 empleados solo para atender a los clientes y preparar la comida. Antes era solo mi papá y mi mamá, pero ahora damos empleo a varias familias del pueblo", comenta.

El impacto en la comunidad
El auge de los burritos ha impulsado no solo a los restaurantes y vendedores ambulantes, sino a toda una cadena productiva local. 

La demanda de tortillas, carne, queso y chile ha fortalecido a productores y comerciantes locales, permitiéndoles expandir sus negocios.

Además, la venta de burritos y quesos ha generado oportunidades en otros sectores:

La creciente demanda ha llevado a una producción de más de 10,000 tortillas diarias en el municipio.

Villa Ahumada es reconocida por su producción de asadero y menonita, con más de 50 productores locales que abastecen no solo los negocios del municipio, sino también mercados en Ciudad Juárez y Chihuahua.

A la orilla de la carretera, los puestos de burritos y productos regionales han proliferado, ofreciendo empleo a familias enteras.

*Más allá del burrito: turismo y desarrollo*

El crecimiento de Villa Ahumada como punto gastronómico ha atraído la atención de inversionistas que buscan expandir la oferta turística del municipio. 

Actualmente, hay proyectos para mejorar la infraestructura de la zona, incluyendo paradores turísticos con áreas de descanso y estacionamientos más amplios.

Los habitantes del municipio han sabido capitalizar su fama, no solo con la venta de burritos, sino ofreciendo una experiencia completa a los visitantes. 

Ahora, muchos puestos han añadido souvenirs, dulces regionales y hasta productos artesanales, aprovechando el flujo constante de viajeros.

Para quienes viajan con prisa, Villa Ahumada representa un respiro, un momento para estirar las piernas y, sobre todo, para disfrutar de una comida casera con el auténtico sazón del norte. 

No importa si es de día o de noche, siempre hay un puesto abierto y listo para ofrecer el burrito perfecto, acompañado de una salsa de suero de esas que hacen sudar, pero que nadie deja de pedir.

Así que, si alguna vez el camino te lleva por estas tierras, recuerda que pasar por Villa Ahumada sin comer un burrito es un desperdicio.

 No solo es comida, es una experiencia, un pedazo del alma chihuahuense envuelto en tortilla de harina, y una tradición que, además de deleitar el paladar, impulsa la economía local.