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Rickettsiosis en Juárez, enfermedad que mata en Silencio

  • Por Editora M

Ciudad Juárez.- El diagnóstico médico fue fulminante: rickettsiosis, una enfermedad silenciosa pero letal, provocada por la picadura de una garrapata. El 30 de abril, una niña de siete años murió en el Hospital Infantil de Especialidades. 

Vivía en la colonia Aztecas, una zona marcada por el abandono urbano y la proliferación de perros callejeros. Tenía toda una vida por delante.

La rickettsiosis es una infección causada por la bacteria Rickettsia rickettsii, transmitida por la picadura de garrapatas infectadas, especialmente las que parasitan a perros. En los primeros días, los síntomas pueden confundirse fácilmente con un resfriado o una simple infección: fiebre, vómito, dolor muscular, dolor de cabeza. 

Sin embargo, en menos de 72 horas, la enfermedad puede avanzar rápidamente hacia un fallo multiorgánico y provocar la muerte si no se detecta y trata a tiempo con doxiciclina.

Lo alarmante es que Ciudad Juárez se ha convertido en terreno fértil para la propagación de esta enfermedad, debido al crecimiento descontrolado de perros callejeros, muchos de ellos nacidos en patios baldíos, calles sin vigilancia y viviendas abandonadas.

“Solo el 5% de las garrapatas en un animal son visibles. El resto se oculta entre el pelaje, paredes, camas o ropa”, advirtió la Jurisdicción Sanitaria II. Y una sola picadura puede ser mortal.

Clima extremo: aliado silencioso de la garrapata

En Ciudad Juárez, el clima extremo —con veranos calurosos y secos, y primaveras con breves periodos de humedad— crea las condiciones ideales para la supervivencia de las garrapatas. 

Entre abril y septiembre, las temperaturas que oscilan entre los 30 y 42 grados Celsius favorecen su reproducción. 

A esto se suma la falta de campañas permanentes de fumigación, control animal y educación preventiva.

Cifras oficiales: un problema que persiste
De acuerdo con el reporte más reciente de la Secretaría de Salud de Chihuahua, hasta el lunes 28 de abril de 2025 se registraron 17 casos confirmados de rickettsiosis en el estado, de los cuales 7 personas fallecieron. 

Ciudad Juárez concentra 5 de los casos y 2 de las muertes.
Chihuahua capital: 9 casos, 5 defunciones
Ciudad Juárez: 5 casos, 2 defunciones
Meoqui: 3 casos

Los niños entre 5 y 14 años son el grupo más vulnerable, con 3 de las 7 muertes registradas, como fue el más reciente caso de la menor de siete años y de Danielito, otro de los menores juarenses fallecidos.

Le siguen los adultos de 25 a 44 años (2 muertes), jóvenes de 15 a 24 y adultos mayores de 45 a 64 (1 caso cada uno).

Las muertes ocurrieron en su mayoría en hospitales públicos: 4 en unidades de la Secretaría de Salud estatal y 3 en el IMSS.

Comparado con el mismo periodo de 2024, cuando se reportaron 25 casos y 11 muertes, se observa una disminución del 32% en los casos confirmados. 

No obstante, el problema sigue presente, y la letalidad de la enfermedad no ha disminuido.

Colonias vulnerables

Colonias como Aztecas, Riberas del Bravo, Parajes del Sur, Anapra y Ladrillera son señaladas por las autoridades sanitarias como zonas de riesgo por la alta densidad de perros sin dueño, acumulación de basura, lotes baldíos sin cercar y ausencia de campañas de fumigación.

La falta de políticas públicas sostenidas, así como la indiferencia social hacia los animales callejeros, convierten cada patio en potencia en una trampa mortal para las familias más vulnerables.

El doctor Gumaro Barrios, subdirector de Epidemiología en el estado, informó que se están realizando brigadas de fumigación y se mantiene la vigilancia epidemiológica. 

Sin embargo, reconoció que el verdadero reto está en generar conciencia comunitaria y articular esfuerzos con municipios y sociedad civil para el control de fauna urbana.

“Una sola picadura puede costar una vida. Necesitamos una cultura de prevención: revisar a las mascotas, acudir al médico ante cualquier síntoma y no automedicarse”, subrayó.

Niños no deben morir

La historia de la niña de siete años no es un caso aislado, es el rostro visible de una epidemia silenciosa que se esconde entre la basura, el abandono y la indiferencia. 

Su muerte debe encender las alarmas de todos: autoridades, médicos, vecinos, padres y madres de familia.
Porque mientras no se combata la raíz del problema —la sobrepoblación canina, la pobreza urbana y la desinformación—, la rickettsiosis seguirá matando en silencio.